Este lunes, no es un lunes cualquiera, es un lunes en el que sabemos que nos queda una semana entera por delante sí, pero también que todavía nos queda un año entero para volver a disfrutar de algo tan nuestro como el Tenorio Mendocino, que a sus 35 años ha demostrado un año más estar mejor que nunca.
Centenares de personas se reunieron el viernes y el sábado por la noche para disfrutar de esa pieza teatral única que ofrece el Tenorio, el nuestro, el mendocino, ese que se realiza por aficionados y véase este termino, el de aficionados, como un mérito y no lo contrario, porque lo único que diferencia a los actores y demás equipo de sus homólogos en teatros de la Gran Vía es el sueldo, ya que la calidad, la entrega y el cariño es el mismo o superior. Y es que para hacer este Tenorio los implicados le roban el tiempo a sus familias, a su descanso, a su vida en general y todo para que una función salga adelante, una función de dos días (más bien noches) que lleva meses de trabajo y que en ocasiones ha sido cancelada por un clima con afán de protagonismo.
El que les escribe tiene que ser sincero, llevaba años sin ver nada del Tenorio, cuando uno es joven es llevado por otras inquietudes y puede que cegado por la ignorancia prefería hacer otras cosas. «Qué equivocado he estado» me decía a mi mismo el viernes cuando, acompañado de un sin fin de personas disfrutaba de una de las escenas que tenía por escenario el Palacio de la Cotilla. «¿Por qué no os quedáis?» decía con la mirada a todos esos jóvenes que, como yo en su día, miraban con desdén y preferían disfrutar de otro escenario diferente a ese en el que estaban en ese momento Don Juan y su inseparable Chuti.
Nuestro Tenorio se ve, pero sobre todo se siente, cuando las luces de las farolas ceden el protagonismo a la iluminación teatral, cuando salen a escena los actores y actrices, cuando el verso suena de nuevo, en ese momento y no en otro el Tenorio se siente. Y lo que sentimos ahora todos los que hemos disfrutado de ello es una pena inmensa al ser conscientes de que nos separa un año entero para volver a sentirlo.
Aprovecho estas palabras para agradecer la labor que realizan todos aquellos que hacen posible que año tras año, y ya van 35, el Tenorio Mendocino, el nuestro, salga adelante.




