El parque de la Concordia ha recibido un nuevo invitado acústico, al piar habitual de los pájaros y al trasiego de personas caminando se ha unido el sonido del choque de los bolillos al bailar (porque los bolillos no se sujetan, deben ir sueltos para hacerlos bailar) y todo ello porque este fin de semana en Guadalajara se está celebrando el II Maratón de Bolillos, comenzaba el sábado a las 12 y se extenderá hasta este domingo a la misma hora, 24 horas sin parar de hacer bailar a los bolillos, todo un día de hermandad en torno a una labor que bien podría utilizarse como terapia, que nos hace levantar el pie del acelerador en una sociedad embriagada por la inmediatez y bajar el ritmo para dedicarnos por entero a una labor que nos demuestra que las cosas bien hechas, bien parecen y que una de las claves para ello es dedicarle el tiempo necesario.
Se trata de una iniciativa que organiza la Asociación Provincial de Encajeras, en colaboración con el Ayuntamiento de Guadalajara. Para que nos lo contase de primera mano pudimos hablar con la tesorera de esta asociación, Alicia Clemente.
Bueno, Alicia, segundo año que se hace este maratón, ¿Qué diferencia hay con el primero?
Pues, diferencia que nos ha pillado puente, hay mucha menos gente, porque la gente se ha ido de puente, y ya ves, pero creo que la hermandad se ve que que estamos todas unidas, aunque sea menos. Hay mucha gente, tenemos de bueno que está el Solsticio. Está pasando mucha gente y mucha gente se queda, las ponemos, les enseñamos, se ponen y hay quien dice «oye, que esto engancha» y se tiran ahí. Siempre se ha dicho que el bolillo te habla, y cuando te confundes, te dice el bolillo, que aquí hay algo que no está bien. Y dice «pues, es verdad», o sea, que ellas mismas se dan cuenta ya desde el principio que hay algo que no está bien.
¿Y qué tiene el bolillo para enganchar? Porque es una labor muy complicada. Cuando hay algo complicado, siempre se dice, es que es hacer encaje de bolillos. Entonces, ¿qué tiene?
No es complicado. A ver, tú tienes que saber cada dibujo, o sea, cada punto. Está el trochó, zurcido, hay hojas de guipur, o sea, diferentes puntos. Y esos puntos van con con un dibujo. En el momento que tú sabes hacer los diferentes puntos y sabes los dibujos, ya te vas coordinando.
¿Y cree que se está perdiendo un poquito? y en este momento en el que todo tiene que ser como tan inmediato
Dicen que es muy difícil, que es muy estresante. Tú te centras en la labor y te quita muchísimos problemas de la cabeza. No te enteras de si tienes problemas, o sea, te evades, como que tú te centras y estás ahí, y si tienes problemas, los has dejado. Luego tiene otra cosa muy buena, la hermandad que tenemos. La gente viene te preguntan, hacemos muchos encuentros, vamos a muchos lugares, vas cogiendo, viendo otras cosas, porque en cada sitio se hacen ahora otros bolillos que antes no se hacían.
A la gente joven, sobre todo los niños, les llaman mucho la atención. Los niños y la niña le dicen, ¿y esto? Digo, ¿lo quieres hacer?
¿Y tienen facilidad los niños, para aprenderlo?
Sí, más que nosotros, más que los mayores.
O sea, que si hay que aprender, mejor cuanto antes.
Sí. Yo tengo nietos, tengo dos nietos mellizos de 19 años, y esos cuando eran pequeños sí que los he enseñado. Y luego tengo de 9 y de 10 y de 8, y sobre todo la de 10, lo lleva, o sea, parece que que ha nacido con ello, desde el principio ha cogido los bolillos, la mayoría de la gente los sujeta, y el bolillo lo tienes que llevar suelto para que baile y ella lleva el bolillo suelto.
Y si alguien quiere apuntarse a Bolillos que venga aquí, vea al maratón y le pique la curiosidad ¿Cómo se puede apuntar? ¿Cómo puede aprender a hacerlo?
Nosotros en la Asociación Provincial de Encajeras de Bolillos de Guadalajara, que estamos en el Parque de la Amistad, en el Centro Social Amistad, allí tenemos la sede, damos clases de bolillos los miércoles y jueves, y clase de manualidades los lunes. O sea, que hay clases, y luego aquí en Guadalajara hay muchos sitios donde dan clase de bolillos.
Pues ya lo saben, no ha excusa ni edad para aprender, lo importante es tener ganas y recordar que el bolillo no se sujeta, hay que dejarlo suelto.